“La persona con discapacidad tendrá un menor rendimiento que el resto de la plantilla”
“Las personas con discapacidad son una carga”
“Las personas con discapacidad no pueden desenvolverse por sí mismas”
“Las personas con discapacidad son problemáticas o conflictivas”
👀👀¿Os suenan verdad? Estas expresiones, son consecuencia del estigma social que sufren las personas con diversidad funcional. Los prejuicios sociales y las
actitudes negativas de la población en relación a las personas con diversidad funcional es la pérdida de la perspectiva de su condición de persona, pasando a ser conocidas simplemente como: Minusválidos, Incapacitados, Inválidos, Impedidos, Discapacitados…
📌Más de mil millones de personas de todo el mundo viven con algún tipo de diversidad funcional. Muchas veces, estas personas terminan desconectadas, viviendo aisladas y discriminadas a causa de los prejuicios y estereotipos todavía existentes en la actualidad.
El prejuicio aunque sea una construcción social, es algo propio en las personas: tendemos a prejuzgar. Consciente o inconscientemente generamos, reproducimos o repetimos algún prejuicio. El punto clave son las consecuencias sociales negativas que genera, ya que con ellas el pensamiento se plasma en acciones concretas, convirtiendo lo que debería ser un trato diferenciado para tareas específicas afectadas por la diversidad funcional en un trato desigual de la persona y obteniendo como resultado la discriminación. Debemos recordar que los prejuicios son las ideas preconcebidas que tenemos sobre las otras personas sin apenas conocerlas; son nuestra forma de “etiquetar” debido a diferentes razones: la educación recibida, nuestras propias experiencias o vivencias en el ámbito familiar o escolar, en el barrio o comunidad a la que pertenecemos y en la cultura en la que nos socializamos.
👉Por ello, es muy importante la inclusión en el ámbito educativo ya que la infancia es una etapa crítica para el desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas. La educación inclusiva es el modelo que busca atender las necesidades de aprendizaje de todas las niñas, niños, jóvenes y adultos con especial énfasis en aquellas personas que son vulnerables a la marginalidad y la exclusión social. No se trata solo de prestar atención a personas con diversidad funcional sino a todo el alumnado sin distinguir por raza, condición social, cultura o religión, entre otros aspectos.
En definitiva, en la educación inclusiva no se utilizan programas especiales para determinados estudiantes, sino que en la misma aula se responde a las necesidades de las alumnas y alumnos, favoreciendo así la inclusión y participación de la persona con diversidad funcional o cualquier otra dificultad con el resto del grupo evitando la segregación, discriminación y aislamiento del alumnado.
Muy buena publicación, reflejas la realidad existente de este colectivo. Hacéis una muy buena acción 👏
ResponderEliminarMe encanta!
ResponderEliminarGracias
EliminarDesgraciadamente vivimos en una sociedad que necesita cambiar de forma de pensar en cuanto a,¡AMAR AL PRÓJIMO!
ResponderEliminarGracias
EliminarOjalá y existieran más publicaciones como ésta, has dado en el clavo, necesitamos más personas como tú que abran los ojos al resto
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario y apoyo 💜👏🏻
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