A día de hoy seguimos viviendo en una sociedad gordófoba, donde las personas que tienen un cuerpo que se sale fuera de lo normativo o de lo aceptado por los cánones de belleza impuesto
s por la sociedad, sufren una continua discriminación en diferentes ámbitos por el mero hecho de serlo. Esta discriminación la experimentan a diario mujeres y hombres, las cuales son tratadas/os como personas torpes, vagas/os, faltas/os de voluntad, malsanas/os, desagradables y descuidadas/os. Todo lo mencionado anteriormente, alimenta y fomenta un estigma social que afecta y limita la calidad de vida de las personas que sufren sobrepeso.
La gordofobia se ha extendido a diversos espacios, con esto queremos decir, que las personas gordas sufren dicha discriminación en la calle, en el trabajo, en el médico e incluso en casa, recibiendo comentarios como:
Te vas a poner las botas con todo lo que te has echado en el plato
¿Te vas a comer todo eso?
Estarías más guapa/o si estuvieras más delgada/o
¿Pero tú has visto las calorías que te acabas de meter?
Deberías hacer dieta, te lo digo por tu salud
Estás más gorda/o
Tienes que comer menos, no me extraña que estés así
Comes muy poquito para lo gorda/o que estás
¿No tienes espejos en casa?
Con lo guapa/o que eres…
Podría seguir escribiendo los miles de comentarios que recibimos las personas gordas, pero no terminaríamos nunca. Hace unos meses se dio un hecho humillante, muy sonado, seguro que lo habéis escuchado o leído por alguna parte, donde una mujer le dijo a Cecilia Bolocco, diseñadora de moda, presentadora de televisión, modelo y actriz chilena que se hizo conocida por haber sido elegida Miss Universo en 1987, que por qué no incluía en su colección tallas hasta la XXL, a lo que Bolocco respondío «¿Necesitan más talla? Yo creo que lo que necesitan es comer menos. Se los digo con todo mi amor. Hagan un ayuno intermitente, alguna cosa, porque tan, tan, grande no»
El mensaje no quedó ahí, no le fue suficiente lanzar un mensaje cargado de gordofobia, sino que también mostró su parte machista, ya que continuó diciendo «Entraditas en carne es rico porque incluso a muchos hombres también les gusta, ¿no es cierto, mis preciosos hombres? Cuéntenle a las chicas que a muchos de ustedes les gusta las mujeres entradas en carne, confiésenlo. Pero XXL así tan, tan, tan grande, de repente no es sano, no es bueno».
Sin irnos más lejos, ayer se celebró la gala de los Goya en Sevilla, a la que acudieron actrices, actores e influencers, entre ellos la actriz Berta Vázquez, conocida por su papel en la serie "Vis a Vis" o su participación en la película "Palmeras en la Nieve". Ésta ha sufrido un cambio físico, el cual ha estado en boca de todos desde su aparición, donde ha recibido multitud de críticas sobre su aspecto físico, como "La vergüenza que le debería de dar presentarse así. Un poco de autorespeto. Ya ni las firmas importantes la quieren vestir" o "Es la doble o triple Berta Vázquez, qué grande".
Como podéis ver, la gordofobia se hace notar en todos los ámbitos, nos hemos querido referir al mundo público o televisivo, para que se aprecie que nadie está exento a las críticas, pero igual que esas, las personas no públicas, también tienen que vivirlas día a día. En mi caso, he tenido miles de experiencias negativas en diversos espacios, como por ejemplo en el colegio, instituto, incluso la consulta del médico. En este último, es donde he tenido mis últimas experiencias, donde todo lo que me ocurre, está provocado según ellas/os por mi sobrepeso, no buscan otra opción, se niegan a explorarte, el único diagnóstico aceptado para estos profesionales es el sobrepeso, todos los remedios o soluciones es bajar de peso a través de dietas.
Algunas/os de los profesionales de la sanidad carecen de empatía, una profesión donde deberían de trabajarla y aplicarla día a día, ya que trabajan con personas, personas enfermas, personas que sufren dolencias día a día y que recurren a estos por necesidad, no por gusto. En mi última experiencia con el médico de familia o cabecera, volvieron a diagnosticar que lo que padecía era un efecto causado por mi sobrepeso, pero no contentas/os con eso, me despidieron de la consulta con una reflexión, esta es la siguiente "Esto es como alguien que fuma mucho y tiene muy mal el pulmón y viene a consulta y nos dice que le mandemos al del pulmón, que cuando llega la cita ni los quiere atender, porque amiga mía, hay que ser conscientes de las piedras que nos echamos a nuestro tejado. Que vaya bien"
En ese momento, te quedas sin argumentos, sólo arqueas las cejas y pones los ojos en blanco, te sales de la consulta incluso riéndote, pero cuando reflexionas y piensas que por qué debes de vivir esa experiencia una y otra vez, te cabreas, piensas en poner una y mil reclamaciones y las pones, pero y qué, de qué sirven, al final sólo sirven para que tú te sientas mejor, pero en la actualidad seguimos sufriendo la misma o más discriminación por el mismo tema, por eso desde Igual-DAD queremos visibilizarlo.
Queremos hacer saber que no se puede opinar del cuerpo de nadie y no, no necesitamos ni la aprobación, ni la opinión, ni que nos lo digan por nuestro bien. Día a día nos vemos, sentimos y tocamos, somos conscientes de cómo somos. Aceptarse, valorarse y amarse tal y como somos es un proceso largo y complejo, hay gente que ya lo ha empezado hacer, gente que sigue luchando y otra que todavía se frustra y se castiga día a día por los comentarios que reciben sobre su físico. La diversidad corporal existe y debe de ser respetada.
Vive y deja vivir